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Por el Hermano Américo
- I -
Un Zarpe a la eternidad... otro zarpe...
Son ya tantos los que me ha tocado acompañar
que cada vez más los dejo pasar como algo habitual,
presenta noticia si, pero ya no llama tanta atención.
Se transforma en algo reiterado casi inexpresivo
como le pasa al médico con la muerte de un enfermo
y el sepulturero con cada urna que vende.
Me rebelo contra esta actitud que la vorágine impone,
que la sociedad atiende solamente por pocos minutos
y demasiado pronto deja solo a los muertos.
Mas, la nave normalmente sigue el curso de la tormenta
y muchos caemos irremediablemente a la conformidad
y lamentable y rápidamente a la indiferencia.
- II -
El zarpe actual no es el caso normal de los indicados
El del hermano Pedro Ñancupel, sin duda, es especial
y el solo hecho de conocer de su última navegación
despierta presto muchos recuerdos y agradecimientos
Recuerdo su desempeño como Veedor Nacional
Como Jefe de piquete en el Zafarrancho de las Américas
La formulación de las Ordenanzas y Protocolos
Lo recuerdo como amigo cariñoso y hombre de Mar
Sin duda tendra un lugar importante en el Piratario
Como también en nuestros corazones
Decidle por favor a su familia, amigos y hermanos
Que a ese filibustero trascendente... no lo olvidaremos.
Américo